Nuestro amor...

Nuestro amor fue tan bueno, tan policromatico, tan único, tan lleno de vida, de ganas, tan lleno de amor. De aquellos amores del tiempo, de aquellos amores donde se iba a un destino lejano y se tomaba el té en un porche con chaperón.


Nuestro amor fue tan bueno como las mañanas en las que sientes la brisa alborotar tu cabello y acariciar tu cara; Nuestro amor!!
Era despertar con tu voz de preámbulo, nuesto amor era mirarte dormir, verte sonreir, nuetro amor eras tu conmigo y yo contigo.


Nuestro amor era de esas cosas que ya no existen, de los amores que ya no vivien, nuestro amor fue una leyenda.


Nuestro amor tenia ganas, besos, suspiros y abrazos, tenia magia....


...Nuestro amor!!

Dia 13

Era un día trece, un trece no como cualquier otro; ese dolía, tenia olor a humedad y a melancolía. Era ese día que nunca quise vivir ese día en el que el miedo y la soledad vinieron a ver el departamento de mi corazón con intenciones de renta. Era ese día trece que no quise jamás que me alcanzara.


El miedo se instaló con toda comodidad, como si ya hubiese estado ahí y le gustara aquel lugar, como un viejo amigo que regresa a su hogar; y las ganas de ser yo se iban apagando como una vela que se derrite hasta su punto máximo.


El dolor era inconcebible, de aquellos donde ya no eres consiente de lo que duele en realidad, era físico y emocional, profundo y sin tregua alguna. Ese dolor que si te hiciera elegir entre él y la muerte fácilmente irías por la segunda, pero no lo hace, te condena, te condena a soportarlo y a vivir después.


No fui consiente del momento en el que terminó esa noche, tampoco esa mañana; de repente a mi alrededor ya había gente conocida alegando y preguntando cosas que no fui capaz de comprender. No recuerdo el trayecto pero llegue a casa, me sentí sedienta y dévil.


La enfermedad de mi cuerpo y de mi corazón no eran para nada un buen equipo, la primera me traicionó en el momento en el que menos debía y la segunda no contibuyó en lo absoluto para mi recuperación; entonces y muy a mi pesar tuve que abandonar mi acogedora cama para darle paso a una fría y, por si no fuera ya suficiente, deprimente cama de hospital.


...Nunca me había detenido con seriedad a pensar la manera en que moriría, pero si me hubiesen dado a escoger de entre las más horribles y dolorosas, la ultima que hubiese escogido, sería esta...






La enfermedad de mi cuerpo mejora, me preocupa mi corazón, es él quien no mejora y no muestra que lo hará; a mi me duele más el alma que el cuerpo. Aún siendo así estoy agradecida de poder dejar este lugar. No se que sigue hoy, tampoco mañana, y le tengo terror al futuro, siento como algo dentro de mí agoniza.


Quiero pensar que cuando todo esto termine de arder y yo muera podré reconstruir de las cenizas algo un poco más fuerte. Mientras tanto, lucharé contra mi miedo a las cenizas y a los finales...

Hoy...

Hoy estoy aqui para escribirles de una tragedia, otra tragedia, una tragedia de amor