Imperfecta por naturaleza
y víctima del síndrome de la reflexión,
me debato entre la vida del alma ó la muerte del yo.

La sociedad nos empuja a la autodestrucción.
Nos abastece de estereotipos,
de modelos a seguir,
de pautas,
de ejemplos con los que anular nuestra inspiración
y paliar nuestra sed de reflexión.

Marionetas de un mundo neutro,
donde no hay lugar para los sentimientos,
donde la razón se impone al corazón
y al tránsito de lo que ya no es nuestro.

Almas contrariadas,
ancladas en el tiempo al mástil del silencio,
buscando su lugar en este infierno
del que fueron desterradas para no seguir viviendo.
El cuerpo vive pero la mente estalla.

Empieza la batalla.
Yo elijo vivir, porque morir, me mata.
Si tu elijes morir, entonces,
la vida no vale nada.
El atardecer hablaba quedo,
a mi oido, preguntando cosas
que hasta hace un rato sonaban intrigosas.

Una gota de lluvia resvalaba por mi dedo
mientras el místico tono naranja del cielo
envolvia mis pensamientos.

Preguntaba cosas que no podía esponder
y algo dentro no quería ceder.

La brisa era delicada, agradable,
los colores jugaban divertidos entre las nubes
yo solo miraba, aquello era descrito como admirable
a placer de desconocidas voces.

El inaudible grito me distrajo,
aquella resiente compañia
que hasta hace poco era desconocida
trataba de hacerme gajos
ultimamente ya no lograba sorprenderme.

El atardecer seguía susurrando
aunque ya no era tan claro
para entender tuve que esforzarme
ignoré el grito, y me concentré en las gotas
marcaban un compás que tenía ritmo
mi cabello empezaba a enfriarse,
luego mi cara, las manos, los pies por último.
La sensación se tornó inexplicable,
poseía ese algo que hace de los momentos algo inigualable.

Un nuevo grito ensordecía el silencio,
hace tanto que los ignoraba
creo que último hablaba de melancolía,
ninguno de dolor,
narraban una historia fantástica
que por supuesto carecía un poco de lógica,
pero éste, este hablaba de amor,
la decición de no escuchar argmentaba
que hasta ahora solo narraban una escasa parte
de aquella historia épica que aún resitaba
aquella, la más feliz de todas las batallas
la más placentera de todas las novelas de amor
ese grito envolvía en él felicidad eufórica,
hablaba de ti...

La lluvia, el cielo, la brisa, el sol; tú
y esque ese momento en que me besaste y te besé
llovió dento de mi.

Te extraño...

Entonces lo escuché,
más claro y fuerte que siempre,
ahora todos gritaban,
el unisono de aquellos susurros
que se hacían silenciosamente ensordecedores...

Te amo, si, eso ya lo sabía,
solo que hoy,
me escuché decirmelo
.
"Mientras el mundo giraa una velocidad de vértigo,
yo me bajo en la estación del SOL,
donde no existe el tiempo.

Aislada de la realidad,
en mi mundo inventado,
donde guareceme de la racionalidad
de este mundo tan concreto
y redireccionadomiro la vida pasar,
como un tren con rumbo fijo y desbocado"

"Hoy busco entre mis recuerdos, los rostros de quienes poco a poco se abrieron un hueco en mis sueños, en mi vida, en mis sentimientos."

Siempre lo dije, me declaro sentimentalmete inmortal, por eso hoy, te agradesco por que cada día riegas con tu sonrisa las flores que plantaste en mi corazón, por que con la magia de tus miradas alimentas de luz y amor, por que con tus sabias y dulces palabras acaricias mi alma, con la suavidad de un algodón.

Soy una coleccionista de la vida, de recuerdos, de sonrisas, de momentos, de fantasías, de miradas, de ti...